INTRODUCCIÓN

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Obra de arte creada para el 4º concurso de carteles de la paz (1939)

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Una mujer y sus hijos en una Europa bombardeada (1945)

© Archives du Comité International de la Croix-Rouge (V-P-INDO-N-00005-20).JPG

Viudas con sus hijos sobre la tumba de un soldado en un cementerio militar, Namdinh, Indochina (1954)

Hace más de 100 años, la fundadora de Save the Children y luchadora para la salvaguarda y la protección de la infancia y sus derechos, Eglantyne Jebb, dijo: «Todas las guerras, justas o injustas, desastrosas o victoriosas, son guerras contra los niños». Sus palabras han mantenido la misma fuerza a lo largo del siglo XX y del presente, testigos de conflictos bélicos, que se cobraron millones de víctimas entre combatientes y no combatientes. A partir de 1914, las guerras se convirtieron en una experiencia cada vez más atroz tanto en frentes como en retaguardias. Y en ellas, los segmentos más vulnerables e indefensos de la población civil- mujeres, ancianos y niños-fueron y siguen siendo protagonistas, testigos y víctimas.  

 En el marco de los conflictos bélicos, la Segunda Guerra Mundial (II GM) supuso el cenit de la violencia sobre los civiles y en particular sobre la infancia. La IIGM marcó a toda una generación de niños y niñas de los cinco continentes. Los deseos de una paz duradera tras los desastres de la Gran Guerra se vieron abortados a partir del 1 de septiembre de 1939 con un conflicto bélico que tuvo múltiples impactos en sus vidas y memorias. Gena Yushkevich tenía 10 años cuando empezó la IIGM, que poco tiempo después asoló a su país natal, la URSS. Entrevistada por Svetlana Aleksiévich, recuerda lo mucho que le conmocionó la primera vez que vio la muerte: «Me desperté por la mañana... Quería saltar de la cama, entonces recordé: es la guerra, y cerré los ojos. No quería creerlo».  

Con esta exposición se ofrece una panorámica de experiencias infantiles durante la IIGM y de sus secuelas sobre la infancia, dejando constancia a la vez de la importancia de la paz para el presente y el futuro a partir de historias y ejemplos del pasado reciente. Desde 1939 hasta 1945, millones de menores conocieron una radical transformación de su vida cotidiana, convivieron a diario con la guerra, intentaron sobrevivir a sus horrores y asumir responsabilidades que no se correspondían con su edad.  

Los escenarios bélicos representaron una violación de la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño de 1924, un texto histórico en materia de Derechos Humanos, promovido por la mencionada Eglantyne Jebb. Por ello, a través de estos paneles, reflejamos historias colectivas de niños y niñas, cuyas vidas se caracterizaron por las dificultades educativas y de escolarización, el hambre, el racionamiento, las evacuaciones y la separación de sus familias, los bombardeos, la deportación, el trabajo forzado, el exterminio o su participación en frentes de guerra o como resistentes. Estos hechos traumáticos representan agujeros negros en la memoria de nuestras sociedades que no debemos olvidar ante la repetición dramática que presenciamos aún hoy en día.  

Junto a las experiencias infantiles, la exposición recupera el papel de las mujeres, como agentes a veces silenciados. En este sentido, reflejamos que las guerras las libraron y ganaron también ellas con variedad de trabajos en retaguardias y frentes. Por otro lado, esta pequeña muestra evidencia que la guerra y la concentración de todos los recursos en el esfuerzo bélico por los beligerantes implicaron y afectaron a las infancias de todo el mundo. Por ello, no queremos olvidar que el conflicto del que hablamos fue una guerra global que se nutrió de los recursos materiales y humanos de las colonias europeas y de países en Asia, África y Oceanía. Las experiencias de los niños y niñas de estos territorios no pueden ser disociadas de una maquinaria criminal como son las guerras. Así, con esta exposición animamos a reflexionar sobre la profunda huella que dejó la IIGM en la memoria europea, pero también de aquellos lugares del mundo donde la guerra y sus implicaciones no terminaron en 1945 y, sobre todo, donde no han terminado. 

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