LA EDUCACIÓN FRENTE A LA BARBARIE

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Ejercicio de niños de un grupo organizado por el Secours Suisse aux enfants en Rivesaltes (1941-42)

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«Vuelta a casa y al colegio» Dibujo de un niño de Izieu (1942-1944)

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Salida de niños a colonias de verano organizadas por el Comité de Obras Sociales de la Resistencia (París, agosto 1945)

 

El inicio del curso escolar de 1939-1940 se vio alterado con la declaración de guerra en la Europa Occidental y los desplazamientos de población civil. En Gran Bretaña los colegios cerraron entre una semana y tres meses. El 47% de los escolares -637.000- fue evacuados al interior y en Londres solo quedaron 300 maestros, donde los centros educativos fueron a veces requisicionados y usados como lugares de paso para refugiados, estaciones de bomberos o de emergencias. En Francia, Bélgica, Países Bajos (desde mayo 1940) o en Italia (desde 1942) los escolares fueron también objeto de evacuaciones y se abrieron escuelas de emergencia, incluso en los campos de internamiento y concentración. Como consecuencia de las evacuaciones, en países como Dinamarca, los niños y niñas llegados desde Finlandia se enfrentaron a graves dificultades de aprendizaje por el cambio de idioma. 

En los países ocupados por el ejército alemán, una de las medidas que más afectaron a los niños fue la reestructuración del sistema educativo. En palabras de Heinrich Himmler, se consideraba que la población no alemana no debería tener universidades y que una escuela de cuatro años «era suficiente para ellos». Ante ello, en territorios como Ucrania o Polonia se crearon redes secretas de enseñanza. Gracias a la Tajna Organizacja Nauczycielska (Organización secreta de profesores) aproximadamente 27.000 niños polacos se graduaron entre 1939 y 1945. En países como Eslovenia, la imposición del alemán -idioma que el alumnado no conocía- modificó el currículo académico. El avance de los frentes y las carencias materiales y alimenticias provocaron la reducción de la jornada escolar (Francia) o el cierre de escuelas (Países Bajos). En Grecia el curso 1941-1942 duró solo tres meses y el de 1942-1943, 20 días.  

 Los cambios educativos en los años de guerra tuvieron en el deporte y la actividad física una de sus principales manifestaciones. El deseo de crear una «juventud fuerte, sana de cuerpo y de espíritu», llevó a imponer la educación física en los colegios. Los movimientos de Juventud como les Compagnons de la jeunesse (de 14 a 20 años), las Juventudes Hitlerianas o la Liga de las Jóvenes Alemanas (a partir de los 10 años) o la L'Opera nazionale balilla (desde los 6 años) destacaban también la centralidad del deporte. 

Durante la guerra, se destruyeron total o parcialmente 15.000 escuelas de educación primaria en Francia, en Bélgica casi 300 y en Italia cerca de 23.000. Austria perdió 640 escuelas y Polonia 6.152. En Grecia y Yugoslavia fueron destruidas hasta el 91% y el 81% respectivamente. Además, la caída de los regímenes autoritarios significó la reorganización casi completa de los sistemas educativos, así como la puesta en marcha de proyectos, como colonias para niños que habían sufrido violencias, basados en la paz y en la construcción de un mundo mejor. 

La educación frente a la barbarie