ESTOS SON LOS RECURSOS DE LA GUERRA

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Mujeres y niños esperando en la cola para la distribución de alimentos durante la hambruna de Bengala en 1943

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Cartel de la IIGM que recuerda la prohibición de trabajo a menores de 16 años

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Lección de geografía en una escuela colonial de la Indochina francesa en 1920 (Hanoi/Vietnam)

El lema «estos son los recursos de la guerra» acompañó a una campaña propagandística británica que tenía como objetivo destacar el papel de las colonias en el esfuerzo bélico de la IIGM. La creciente demanda de caucho, estaño, algodón para tejidos, azúcar, pieles, arroz y muchos otros recursos condujo a un aumento significativo en la movilización de la mano de obra local, en especial de mujeres, y también de niños, quienes se vieron sometidos a condiciones de trabajo extremadamente difíciles y a prácticas de reclutamiento coercitivo  

Como consecuencia, se desencadenaron crisis alimentarias en estos territorios, donde los sistemas productivos habían sido transformados a lo largo del periodo colonial en favor de los intereses de la metrópolis, en lugar de atender a las necesidades locales. Un ejemplo notable de esta problemática fue la devastadora hambruna que azotó la región de Bengala (India) en 1943. La exportación de alimentos hacia los frentes de batalla, junto con el aumento de las tropas estacionadas en la región y la invasión de Birmania, provocó una crisis humanitaria que se cobró la vida de entre dos y tres millones de personas, con un impacto particularmente devastador en la población infantil. Esta crisis generó migraciones internas y desestructuración familiar, con tasas significativas de abandono infantil y orfandad, lo que a su vez condujo a altas tasas de explotación laboral y sexual de estos segmentos vulnerables. 

La explotación infantil no fue una excepción en momentos de crisis, sino una característica constante de los sistemas imperiales. A pesar de la propaganda que mostraba escuelas y hospitales, destinados en realidad a una minoría, la administración colonial empleó a toda la población en plantaciones, minas e industrias. Sin embargo, hay un registro fotográfico limitado de esta realidad debido a los retratos sesgados de la supuesta labor «civilizadora» en estos territorios y la creciente protección de los derechos infantiles en Europa. Esto ocultó la concepción racializada de la infancia en las colonias, la cual era privada de los derechos de los niños y las niñas de la metrópolis por su condición de colonizados. 

Los regímenes de servidumbre infantil en el Hong Kong británico y la Indochina francesa, que involucraban la adopción coercitiva, fundamentalmente de niñas, han sido documentados desde el siglo XIX y persistieron hasta el final de la contienda. En el contexto de la colonización en África, el trabajo infantil también fue ampliamente prevalente hasta la descolonización, justificándose esta práctica a través de arquetipos raciales y la supuesta costumbre local. En definitiva, los recursos de la guerra se apoyaron en la explotación de hombres, mujeres y niños, con un elevado coste humano y social. 

Estos son los recursos de la guerra