Pau Casals, el músico comprometido con la paz
Cristina Fernández
Pau Casals (El Vendrell, 1876; San Juan de Puerto Rico, 1973) fue un gran violonchelista, director de orquesta y compositor que entregó su vida a la defensa de la paz, los derechos humanos y la libertad con un grado de compromiso excepcional. Por todo ello, se le concedieron prestigiosas distinciones como la Medalla de la Paz de la ONU y la nominación al Premio Nobel de la Paz.
Fue un catalán universal, respetado y admirado que adquirió un gran prestigio, llegando a ser un referente ético y musical que prevalece hoy en día.
Sus inicios en la música fueron de la mano de su padre, organista de la iglesia del pequeño pueblo de Tarragona, El Vendrell, donde se crio. Su idilio con el violonchelo surgió cuando de niño se quedó prendado del canto del instrumento en un modesto concierto de cámara celebrado en su pueblo. Posteriormente continuó sus estudios en Barcelona y Madrid, contando con el apoyo de Isaac Albéniz, que quedó impresionado por su gran talento. Con poco más de veinte años, tras sus éxitos en París, comenzó a dar conciertos por todo el mundo. Sus largas giras y la grabación por primera vez en la historia, entre1936 y 1939, de la integral de las Suites para violonchelo solo de Bach, lo convirtieron en el violonchelista más influyente de la primera mitad del siglo XX y en una estrella discográfica.
Casals captó el alma humana del violonchelo, uno de los instrumentos de cuerda que más se asemeja a la voz. Revolucionó la forma de tocar el violonchelo por su manera de interpretar y de transmitir, incorporando innovaciones técnicas que fueron fundamentales para encumbrar al violonchelo como instrumento solista, y establecer definitivamente la técnica violonchelista moderna.
Durante la Primera Guerra Mundial, permaneció en Nueva York donde consolidó su carrera como uno de los mejores violonchelistas del momento.
Como rechazo a la Revolución Rusa de 1917 y en apoyo a colegas que conocía de los círculos musicales de Moscú, decidió no volver a tocar en la Rusia soviética. Posteriormente extendería esa decisión a países comunistas donde no hubiese democracia.
En 1919 fundó en Barcelona la Orquesta Pau Casals, que dirigió hasta 1936. Esta orquesta respondía a la necesidad de expresarse con más riqueza y variedad musical y a su compromiso de facilitar el acceso a la música, en particular a la clase obrera. Su genio como director de orquesta igualó al del intérprete de violonchelo. A lo largo de su vida dirigió prestigiosas orquestas y después de la Segunda Guerra Mundial, se hizo cargo de la dirección en los festivales de Prades, Puerto Rico y Marlboro. Desde 1962 dirigió por todo el mundo su oratorio El Pessebre, en su cruzada personal a favor de la paz universal y la dignidad humana.
Con el ascenso al poder de Adolf Hitler en 1933, decidió no volver a tocar en Alemania. Posteriormente, la apropiación de los nazis de La Novena Sinfonía de Beethoven, que interpretaban en todos sus actos de estado, determinó que Casals no volviese a dirigir La Novena hasta que Alemania no recuperase su libertad. La parte coral de esta sinfonía, la oda a la alegría de Schiller, un himno universal que proclama la libertad y la fraternidad humana, no podía ponerse al servicio de la barbarie. Para Casals, la fuerza moral de la música era un arma contra la brutalidad y la música debía de tomar partido en los acontecimientos que se sucedían.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, el músico hizo un llamamiento internacional para que todos los gobiernos democráticos salieran en defensa de la Segunda República Española. En 1939, tras la victoria del General Franco, se exilió en Prades, Francia. Durante esta época, Casals se dedicó a impartir clases de violonchelo y a componer música. Además, se movilizó para ayudar a los refugiados españoles y a las víctimas de la II Guerra Mundial, realizando conciertos benéficos con la Cruz Roja y la Legión Francesa en la Francia no ocupada. Desde1946 decidió no volver a tocar en los países aliados en protesta contra su tolerancia con la dictadura de Franco.
En 1950 creó el festival de música de Prades, donde volvió a actuar en público con motivo del bicentenario de la muerte de Bach. Desde entonces, este festival se celebra cada año con el nombre de Festival Internacional de Música Pau Casals.
Pablo Casals, tenía la esperanza de que la ONU fuese una mediadora eficaz para sentar las bases de la paz y el entendimiento entre las naciones, en los conflictos internacionales. Por esta razón, rompió su silencio musical colaborando en varios conciertos en su sede en Nueva York. Además, ofreció varios discursos de gran relevancia que lo convirtieron en un líder de los defensores de la Paz mundial. Su primer discurso en 1958, en el que expresaba su preocupación por la amenaza nuclear mundial en plena Guerra Fría, fue de gran trascendencia y le valió la nominación al Premio Nobel de la Paz de ese año. En 1963, volvió a la sede de la ONU en Nueva York para interpretar El Pessebre, y el presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, le concedió la Medalla de la Libertad de Estados Unidos. Finalmente, en 1971 estrenó el Himno de las Naciones Unidas y recibió la Medalla de la Paz de la ONU. En esta ocasión, pronunció un discurso en inglés y catalán, siendo la primera persona que utilizó la lengua catalana en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Su obra más célebre es el Cant dels ocells (Canto de los pájaros), un arreglo para violonchelo de un villancico del folclore catalán. Pau Casals la interpretaba al final de todos sus conciertos durante el tiempo que vivió en el exilio. Sus notas sonaron en 1971 en la sede de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, cuando el compositor y director de orquesta recibió la medalla de la paz. Desde entonces, aquella melodía se convirtió en un nuevo himno por la libertad y la paz. En los homenajes a las víctimas de los atentados terroristas que se produjeron en Madrid en marzo de 2004, no hubo discursos, solo El Canto de los Pájaros, de Pau Casals, llenó el profundo vació y desolación que sentía la sociedad española.
Además del oratorio El Pessebre, el Himno a las Naciones Unidas, el Cant dels ocells o la sardana Sant Martí del Canigó, compuso más música religiosa, lieder, música de cámara y otras obras de gran formato, muchas de ellas inéditas hasta hace poco tiempo.
Con el paso del tiempo, el mensaje de concordia de este gran músico y humanista, que entregó su vida a una lucha incansable por la paz universal, sigue siendo necesario y adquiere aún mayor dimensión en los días que vivimos.